BALADA PARA UN NIÑO TRISTE QUE SOÑO CON SER FELIZ

Era un triste hombre, o quizá un hombre triste
de aquellos que por millares se encuentran en este camino
de aquellos que no pueden nunca cambiar su destino
de ser hombres tristes con corazón de niño.
Era un hombre que a pesar de llegar a ser hombre
Jamás pudo arrancar de su corazón triste un gemido
porque llegó a ser hombre sin haber vivido como niño
porque siendo un tierno niño, como hombre lo trató el destino.
Ese hombre recuerda llorando que cuando era un niño
hurgaba entre mendrugos pedazos miserables de cariño gritaba con angustia suplicante y entristecido
sin que nadie le prodigara una caricia en su rostro oscurecido.
Ese niño se fue enfermando… y enfermaba… enfermando
débil, pálido, de semblante triste en su lecho descansaba
y mientras el sabio médico muy orondo recetaba
sin poder leer en los tristes ojos del niño que imploraban
de angustia, solo amor ese niño reclamaba.
Era un hombre que soñaba cuando niño
feliz saltaba, corría, abrazaba
allí estaba el papá, los amigos, la gallada
él también entonces corría y se aferraba
a ninguna silueta, solo el triste silencio de la nada.
Ese niño que tuvo la osadía de querer ser feliz
buscó el ser feliz prodigando su amor a otros
y cuanto más amaba, cuanto más amor prodigaba
rechazo, incomprensión y silencio encontraba.
Aún en su dolor penetrante ese niño soñaba
lo tenía todo, nada le faltaba
nada material quería, todo lo cambiaba
por un poquito de amor que su alma reclamaba.
El niño se fue enfermando… y enfermando… y enfermaba
y cuando fue creciendo, luchaba y éxitos lograba
ante los demás palabras de elogios arrancaba pero en el fondo de su ser, su corazón muerto lloraba.
Era un triste hombre, o quizás un hombre triste
que recuerda con nostalgia su pasado,
ver un niño solo de andar ilusionado
buscando ser feliz, aunque para él eso fue vedado.
Ese niño triste del pasado
hoy en día vive y quiere ser feliz
y aunque como hombre ya se encuentra realizado
su muerto corazón ya no vive, fue destrozado.
¿Quién te rompió tu corazón, oh triste niño?
¿Fueron acaso tus padres, tus amigos, tus hermanos?
¿porqué aunque tú ríes tus ojos denotan la tristeza
Como ventanas de un corazón y alma muertas?
Esta es la historia del niño, hombre, niño
que jamás en su vida pudo sonreír
ese hombre hoy vive enfermo de cariño
por el gran pecado de soñar un día ser feliz.
marco Senmache Rodríguez - Perú