Flor celestial, regalo de Dios al hombre,
caricia de angel que brinda consuelo.
Venida de Dios, venida del cielo,
no importa tu nombre...
Tus pètalos te fueron despojados,
por el Amor mortal desposeída.
Mas la esencia de flor no fuè perdida
cuando el velo celestial fuè develado...
En tu vientre albergaste la esperanza,
en tu pecho amamantaste la ilusión,
en tus brazos acunaste la emoción,
en tu cuerpo conservas la fragancia...
Eres lucero que iluminas el camino,
eres lluvia que purifica nuestra tierra.
Eres estrella que en su belleza encierra
el misterio sutil de mi destino...
Eres madre, creación divina,
consuelo de tristezas y desvelos,
eres el dulce abrazo, el eterno Te Quiero,
quien todas las tristezas adivina...
Nada se esconde a tu Amor, todo lo sabes,
y todo lo adivinas con solo una mirada.
No hay mujer en la vida más amada,
en solo un corazón tu Amor no cabe...
Tu Amor lo abarca todo, el mundo, el Universo,
recorre por los ríos y los mares.
Fragancia de mil rosas y azahares.
Y se resume en llanto, en caricias y rezos...
No hay Amor más sublime, pues así, no ama nadie.
El hombre en su pasión ama por un momento.
Y aunque se pierda el mundo en sentimientos
ninguno se compara al Amor de una madre...