No debió creer disposición para el amor,
no obstante, agrádele saber de su existir
complejo y enigmático, sin permitir compartir
un poco de fértil comprensión o simple calor.
Mundano el que llega y profundo enraíza,
pero se marchita rápido al agotar el sustento
que proporcionaba unos ojos, un beso, una risa
o la espera urgente de respuesta por escrito.
Silencio reinante todo lo convirtió en otoño
no sentía el viento vibrar mozo por paseo,
de envolver esbelto tronco con su sueño,
ni tocar muy suave con besos hojas de deseo
o el aroma al degustar maduros frutos,
menos a ritmo de mambo mover ramas
adornantes de tan hermosos encantos.
¡No has querido decir lo poco que le amas!
Decirlo puede ser para el demaciado tarde
y temprano para llegar nueva primavera
abundante en te quieros y amor propusiera
al viento entre las flores, sin mucho alarde.