Por una gota de llanto en tu mejilla,
quedé prendido a tu costado para siempre.
Cuando la enjugué con un beso enamorado,
supe que serías mi dueña eternamente.
Una lágrima tuya nubló el cielo,
y yo cerré mis alas conmovido.
Cuando yo me aprestaba a alzar el vuelo,
te vi llorar.
Y ya jamás pude dejar el nido.
¿ A donde podía ir que me quisieran,
con la ternura con la que tu me quieres ?
¿ Quien mas podría borrar la desconfianza,
que dejaron en mi alma otras mujeres ?
Una lágrima bastó para mostrarme,
la total sinceridad de tu cariño.
Que no debía resistirme a enamorarme,
montado en un capricho, como un niño.
Que yo tenía que echar el ancla y detenerme.
Sembrar mis sueños en la arena de tu puerto:
Que no podía ir por ahi, buscando vida,
en las aguas heladas del mar muerto.
Que mi hambre de aventura se ha saciado,
que junto a ti no me hará falta nada.
¡ Vaya, cuantas cosas me ha enseñado !
Una gota de llanto en tu mirada.