Intento buscar la paz
en medio de la marea
de tan agitado mundo.
Paseo por la arboleda,
con hojas algo amarillas
sobre jardines y sendas,
solitario y pensativo,
disfruto con mi libreta
cuando anoto la belleza
del racimo de palabras
que en mis ojos parpadea.
¿Creo acaso contener
el almíbar de la esencia?
Mas sé el tono de la paz
y sé que es muy buena idea
dejar la autocomplacencia
por la reflexión serena,
y luchar con mis hermanos
por todas las causas honestas.
Intento buscar la paz:
es plácida la arboleda.
Intenta tomar caminos;
deja, si puedes, estelas;
lo que cuenta es el final:
al final nos sacarán cuentas,
y el bueno pasa por bueno,
y el que no... ¡se lamenta¡