Cada que te busco, cada que te pienso,
es difícil no pensar en la resurrección.
Cada que te busco, cada que te sueño,
es difícil no pensar en la emancipación.
Y es que tú, con tu autonomía,
has llegado a matarme el corazón,
y es que tú, con tu inmensa osadía,
Has logrado mancillar todo mi amor.
cada que te busco, cada que te siento,
es difícil no pensar en la reencarnación.
Cada que te busco, cada que te anhelo,
es difícil no pensar en la rendición.
Y es que tú, con toda tu armonía,
has logrado acabar con la ilusión.
Y es que tú, con tu fisionomía,
has venido a arrancarme la razón.