Me avanza la madrugada

Maldito lamento
que en su deceso
acude pronto el eco.
A quién importa,
si ni yo quiero oír las voces
que llegan desde el mismo vacío.
Con el rostro entristecido,
me sobrecoge el corazón y la misma alma
porque me avanza la madrugada
y me quedo rezagado.
Siento que no puedo vivir sin amor
que todo intento de búsqueda es vano
que hasta mi interior advierte intermitente el testigo
que en él no existe nada, que ya se usó.
Y según avanza el día voy retrocediendo
hasta aquél lejano instante en que te conocí
en el que la trayectoria del sol nos seguía
y las estrellas señalaban el depósito lleno.