Oración a Dios...¿O súplica rebelde?

Padre Nuestro
Que estás en el cielo:
¿No ves a los pobres,
Que aquí están sufriendo?
Santificado
Sea Tu nombre:
El que pese a todo,
Glorifica el hombre.
Venga a nosotros
Tu reino:
Sobre todo, al pobre,
Que está padeciendo.
Hágase,
Tu voluntad:
Pero no permitas,
La desigualdad.
Aquí en la tierra
Como en el cielo:
Que no existan guerras,
Ni odios, ni miedos.
El pan nuestro
De cada día, dánoslo hoy:
¡Multiplícalo, Señor,
Y acaba el hambre que hay!
Perdónanos
Nuestras deudas:
Menos millones el rico,
Y el pobre, menos miserias.
Así como nosotros,
Perdonamos a nuestros deudores:
¿Perdonamos deudas,
A los países pobres?
Y no nos dejes caer,
En la tentación:
De hundir al más débil
Con la humillación.
Mas líbranos
Del mal:
De hacer daño a otros,
Con nuestra maldad.
Amén…, que así sea:
Que no haya huracanes
Que azoten la Tierra,
Que no sufran siempre,
Los que menos tengan;
Los desheredados,
Los desprotegidos
Del agua y la guerra.
Que la emigración
Jamás existiera,
Y los refugiados
A casa se vuelvan.
Que nadie mendigue
El pan que comiera,
Ni haya más temblores
Que rompan la Tierra:
Porque siempre caen
Las casas humildes;
Que son las más viejas.
Que no haya torturas,
Ni prisión sufrieran
Aquellos que otros,
Las bocas le cierran,
Y les amordazan
Palabras e ideas.
Que no haya más niños
Que enfermos, padezcan,
Ni mueran de hambre,
Ni sean perseguidos
Ni sufran las guerras,
Ni que sean vendidos,
Por unas monedas.
Todos, te pedimos, Señor,
Que acabe el terror,
Y los coches-bomba,
Y el tiro traidor:
Que hay muchas familias
Sufriendo el dolor;
Sin ser los culpables
De ésta sinrazón.
¡Y acaba, Señor,
Si Tú lo quisieras!
De una vez por siempre
Con tanta miseria:
Con la sed y el hambre
De las gentes pobres…
Que pueblan la Tierra.