Desiertas playas, desiertas casas,
desiertas marismas cerca del invierno,
desparramados los útimos rayos del dia
todo es ausencia en nuestras calas.
Las aves de forma festiva se van,
al ver el tiempo inclemente,
el sol de vez en cuando
nos embelesará cantando.
Nos dorará aún las flores,
y por un instante volverá
nuestra vida de verano,
serán unos instantes.
Después vendrán las tempestades,
y el hombre quedará enganchado,
como la araña, a buscar sus mocedades,
cuando la vida era un hado.
!Oh! gran milagro del amor!
del amor de verano,
que pasas con engaño,
y nos dejas tu última soledad.
Carmina.
30/7/2007