Cuanto, difícil es, mirar por esa ventana
sin poder asomarte a vislumbrar la calle
porque las huellas que han quedado en tu cara
sin mirar te han dejado y a delatar amenazan.
Mirar de frente no puedes
soñar, a través de los cristales quisieras
soñar despierta, que eres libre,
que no te equivocaste al amarlo…
Vergüenza tuya no es
pero la vives de cerca, por alguien que no la conoce
por alguien que te prometió ayer
el cielo, el mar y las nubes.
Tu mirada es serena
triste, como el atardecer
dulce como la mañana
que cada día te toca sufrir, tras cada amanecer.
Le quisiste un día de veras
quizás aun, guardas resquicios de amor,
amor que le juraste eterno y leal
y que él jamás te supo, ni quiso dar.
Guardas silencio, guardas la pena
miras al cielo y esperas
porque tan solo te queda esperar
que algún día se de cuenta.
Cuando la nieve cubra tus sienes
cuando le escarcha adorne tus cejas
cuando la luz de tus ojos, brille tenue al atardecer
quizá sea cuando al machito, le toque saber, lo que es tener miedo a perder.