La Verguenza de este mundo

Rectángulos dorados verde inmundo.
La Vergüenza de este mundo
Se siente la brisa de las pesadas incertidumbres
asomarse a las sombras de los labios cansados
el sonreír fruncido como de miseria y de muerte
La Lejanía, la añoranza… tal vez la melancolía.
La equidistante, amalgama frió hambre, silencio
bélico
Los rumores nocturnos tiemblan en relámpagos
perturbando el inaccesible Yo, los reclamos
lastimeros, justicieros hacen ebrio eco
en el estruendoso caos, del silencio universal.
Los rebuscados avaros usurpadores de la risa
Los relámpagos de carne chamuscada, podrida
carcomen el paso en el viejo reloj viviente
un, dos, un, dos, un, dos, compás cortado
mueren los esfuerzos de Orfeo tras Eurídice
triste suena la flauta por: ande, lago y valle.
Mientras más avanzas cabizbajo hacía el fin
crecen los círculos negros; y cuando llegas
al hoyo creyéndolo el final te caen meteoritos,
odios, te enferman, te causan lacerante llaga.
Jocosas arden las alas, ríen los rectángulos
dorados, verde inmundo ¡Cochino dinero!
¡Vil incertidumbre! ¡Hambre! ¡Silencio bélico!
¡Rumores usurpadores! Final verde inmundo…
¡Enemigo del Amor!
JEM WONG
Lima -Perú
09.03.05
Que sean las manos de los poetas bañadas en sangre las que marquen el camino hacia el pan y la libertad de los pueblos.
JEM WONG