Principe

He visto tus ojos,
llenos de dulzura.
He tocado tus manos de nuevo,
tan suaves como antaño.
Y he besado tus labios,
para volver a nacer.
Entre un suspiro de placer,
mi cuerpo se vuelve llama.
Y en tus abrazos me quiero fundir.
Más el tiempo nos da la espalda,
y deprisa con esmero nos besamos,
como dos niños enamorados.
Los años no pesan, la ilusión
palpita en el corazón.
Y la vida se torna bella, como el color
de tus ojos.