Dejarte ir

¡Que triste es dejarte ir!
Como hojas en otoño, sin remanso en mi rió
Tal cual duerme el helado monte en invierno
Recubierto hasta el horizonte… ¡he quedado!
Jamás experimente dolor tan grande
Moje mis ojos como nunca antes
Y solo por ti exclame mil gritos
Que se ahogan sin siquiera ser oídos
Cuan avasallados encontré mis fuertes
Atravesados por crueles silencios de tus manos
Tus pechos y tus atesorados labios.
¡Que triste es dejarte ir!
Pero se que no debo marchitarte
Que debo esperar florezcas como nunca antes
Debo sentir pena por lo que fue y nunca por lo que será
Si el rió es frenado, el rió morirá…
Cuan duro resulta despertar, no tocarte, no tenerte
Pero al final valdrá la pena pues feliz serás aunque yo muera
Como muere el invierno en primavera.
Bebe pues las gotas de sangre que de mi brotan
Para que riegues la vida que te espera delante
¡Yo no estoy para frenarte¡ los siento
Si te marque de algún mal modo
La penumbra cubre mi día y en noche se convertirá la vida
Que llevare sin tu luz y el calor de esa sonrisa que me daba
Lagrimas de alegría…
Busca pues el tesoro que te he negado
Ya que no supe retenerte ni brindar la frase justa
El latido a tiempo, ni siquiera el mirar perfecto.
Se pues libre alma mía, que si no pude tenerte
Mantenerte mataría lo que aun por mi sientes.
Aunque la llama sea fría, aun calienta mi alma
El recuerdo de tu aroma y el murmullo que pacía.