Donde el sol no te acaricie mis manos
serán el húmedo cristal
de sensaciones que devuelvan
la magia permanente
de caricias en vigilia,
tendrás mi perfume siempre
presente, a pesar que la distancia
tenga el placer amargo
de separarnos,
oirás mi voz, como todos los días,
pasearse incansablemente,
por los silencios de
tu cuarto,
y llevarás mi estigna
el último que surcará mi vida,
para que no olvides...para
que no sufras.
Donde el sol no te acaricie
frente al mar, que a tu ventana
golpea, cual ese gorrión mensajero
que te lleva mis versos
cada mañana,
verás mi sombra desplegarse
a modo abrazo eterno, para
que la soledad nunca
te contenga.