Extrañas sensaciones,
recorriendo lugares
familiares del pasado;
reviviendo experiencias,
recordando vivencias
que casi había olvidado.
A ratos, siento ajeno
a mi existencia actual
aquello tan ameno
que me hacía suspirar
de orgullo y de contento,
aquello que, presiento
que ya no volverá.
Imagen cotidiana
de aquella vida urbana
que ahora está lejana
de mi vida presente,
y yo me siento ausente,
detrás de la ventana.
Qué extraña sensación,
y no hablo de un vacío
sino de una emoción
difícil de explicar;
no encuentro ese lugar
que antaño fuera mío.
Tampoco identifico
mis nuevas circunstancias
como algo verdadero,
más bien soy pasajero
en el tren de la vida;
la ruta: indefinida
y no sé a dónde llegar.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Sábado 20 de Febrero del 2010
me gusta la descripcion que haces...... asi es, somos pasajeros en el tren de la vida. . . solo hay que esperar la ultima parada. la vida es fue tu musa