Mis ojos son aceitunas,
de una bonita tierra,
por el sol bendecida,
tientos y seguidillas.
En mi piel llevo la esencia,
de su aire caliente,
y el gracejo en mi boca,
de “toos” sus soleares.
Querida Andalucía,
de grana y oro sus gentes,
de sangre y fuego sus tradiciones,
te quiero tal como eres.
Mi pelo negro azabache,
y la mirada tostada,
como la noche cerrada,
con los olivares de frente.
Al oscurecer el día la luna,
viene a vernos primero,
luego da la vuelta,
y se asoma al resto del mundo.
Mis ojos son aceitunas,
de las gentes sureñas,
corriendo por mis venas,
de Andalucía sus chispas.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!