Alimentas día a día mis dichosos desvaríos,
si lucho contra tu recuerdo, agonizan mis sentidos,
llenos de ti, mis sentimientos son un río de aguas
tibias y navegando sobre el, la nave de tus
palabras, cierran las argollas de mi vida
Absorta y perdida, libre y desvalida, entupida
ignominia la que me aísla, abnegada razón que
no alivia, fijo el punto de gravedad y cuando
tu aroma me roza, la ingravidez me insta a un
sortilegio que de su pecado absuelve mi rumbo
De impotencia me envenena y el antídoto no encuentro,
de luz me inunda y el interruptor al alcance no tengo,
de llanto me moja y el pañuelo empapado en sueños
sensaciones encontradas, cuna de lo incierto.