*Amores perdidos* Ya ni me acuerdo de aquellos amores que se marcharon perdidos Ya ni lo siento en las noches de sueños placenteros dormidos Ya ni mi acuerdo, si era de día o de noche, ni cómo iban vestidos Si hacía frío o calor o si eran aquellas ventiscas en el rostro recibidos Amores que una vez fueron hermosos de la miel y del elixir bebidos Ya ni me acuerdo, si se marcharon en luna llena o de oscuridades en neblinas y sombras permanecidos De aquellos amores pasionarios en tormentas huracanadas convertidos Si eran verdaderos o clandestinos o sólo de ruidos ofrecidos Ya ni me acuerdo, si el pabilo de la llamarada estuvo incólume encendido Amores que se quedaron en el silencio y la soledad los arrinconó y los echó al olvido Puertas que se abrieron y ventanales que escucharon melodías de arrabal melancólicas al oído Jardines que se marchitaron por falta de amor y que una vez fueron de fragancias y de aromas florecidos Amores que una vez fueron ardientes y pasionarios, de frenesí y lujurias atrevidos De arrebatos, de fogosidad, que dejaron huella en el alma y en el corazón con llantos de lágrimas sufridos Pasiones que se debilitaron como torbellinos, que bajaron y subieron en espiral escondidos Amores que perdieron el erotismo y la seducción, sin arrebato y sin devoción, de ostracismo y destierros sumidos Delirios de pasiones y confusiones, pero de recuerdos agradecidos Amores que una vez fueron en el alma y en el corazón con fuerza admitidos Se marcharon perdidos y todo lo de ayer ha concluido No sé si eran amores de verdad o eran de aquellos de deseos fingidos Los tizones ardieron, pero se apagaron entre las cenizas y del corazón sus latidos Amores que se fueron perdidos y me convirtieron en bares y cantinas, en licores, en un errante y vagabundo bandido Mujeres bellas y hermosas, que se marcharon de mi corazón y sólo me dejaron pesadillas de sueños consumidos Me atiborraron de lágrimas y llantos y de ojos cadavéricos enrojecidos A veces se escuchan sus ecos que repercuten aturdidos de soledades padecidos Amores que alegraron la vida y dejaron huella, como el lobo en solitario a la luna sus aullidos. *Joreman* *Jorge Enrique Mantilla*