Jose alberto

¡Suerte tengo de tenerte!

llegaste al mundo casi sin aliento

acababas de nacer

parecías dormido cuando logré verte y de la vida no te sabias sostener.

El mismo silencio que te rodeaba

gritaba ¡ya existes! ¡esfuérzate!

toma impulso. Vive mientras yo sin conocer detalles

oraba.

Te vi en sala de cuidados

con medidas de precaución y aparatos adecuados

que te suministraban

respiración.

¡Que Fortaleza Tenias! l

a misma de tu abuela Altagracia

que callada, cautelosa, y presurosa te atendía

y yo oraba.

De repente el milagro ansiado y anhelado llegó

puso Dios un ritmo melodioso en tu cuerpo

comenzo todo órgano a armonizar, c

omo un conjunto musical.

Ese instante fue grandioso

el Señor en su bondad,

a ti,

querido nieto Jose Alberto otorgó vida real.

Luego de la desesperación la paz llegó,

eras de tez muy blanca, hermoso como flor de azahar

parecías pétalos de esa misma flor

recien abiertos en los brazos de tu mamá.

Que el Señor derrame sobre ti

endiciones a raudal

y te de mucha salud

física, espiritual y emocional.

2003