Me quedé sentado, inerte, sintiendo la desventura
Cruel y obscura, corriendo por sobre mi sangre,
Contemplando y esperando, la dulce reacción
Del porvenir de mi nefasto fallecimiento bajo un árbol
Mirando dichosa y vacíamente el firmamento
Y llorando la bastarda muerte de mi amor
Asi fue que, sintiendo el pasto bajo mi flácido cuerpo
Mas bien como navajas provenientes del infierno
Y observando, el cielo obscuro, constelaciones sin fin
En un lugar recóndito y desolado, me desvanecí...
No sentí mas que lagrimas quemando mi pálido rostro
No sentí mas que a la muerte provocando en mi despojos
Solo presentí cubos de hielo en donde hubo un corazón
Sentí la realidad mas cruda cazándome con fervor
Me sentí en la prisión de l odio, la ira y el dolor
Me senté bajo a un árbol, sintiendo el pasto frió
Contemplando al firmamento y esperando a fenecer...