Y que me reprocho más
que el no saber amarte,
el no poder adornarte
de recuerdos y mañanas,
el no tener valor para mirarte
y rendirme a tu mirada.
Y que me reprocho más
Que el no tenerte,
El no poder colmar tus sueños,
Tus anhelos más preciados,
El no tener valor para soñarte,
Y despertar del sueño
Y buscarte… y entregarme.
Y que me reprocho más
Que el ser cobarde,
El no poder besar
ni degustar tus labios,
El no tener valor para tocarte,
Y acariciar cada rincón
Y entregarte el corazón en la caricia.
Y que me reprocho más
que el día a día que sigo sin ti,
y el miedo que siento
cuando pienso y miro el reloj,
y observo que el tiempo continua,
y las horas pasan,
como va pasando la vida,
que cortos y largos
al mismo tiempo se hacen los días.