Hoy en día
cada mujer y cada hombre
sobre la Tierra
es su propio castillo,
su propio refugio,
su propia fortaleza,
su propio templo,
en medio del caos y el hambre,
de la guerra, la injusticia
y la desolación.
No importa la raza,
credo ni bandera;
ya no hay diferencias
mas que de criterio,
postura, actitud:
El que ama y construye,
el que odia y destruye,
esa es la barrera
que nos delimita
y que habrá de llenarnos
de dicha o dolor.
Cada cual, ahora,
elige su camino
y será su destino
según su elección.-
Eduardo Ritter Bonilla.
09-04-1993.