Cómo llegué a ti...

El misterio de la vida
o tal vez el destino
me condujo a ti.
Yo no sé si es por esa costumbre mía
de indagar en lo prohibido
pero lo cierto es que sucedió así.
Cuando tu vida ya no tiene sentido
y no merece la pena seguir,
puede ocurrir algo aún peor,
puede ocurrir que te llame el amor.
Me pesaba lo vivido,
pero más lo que me quedaba por vivir.
Mi corazón sentía un gran temor
y mi mundo estaba sumido en el dolor.
Algo comenzó a cambiar,
la esperanza por fin me quiso recordar.
Unas lucecitas brillantes
empezaron a iluminar mi camino.
Todo parecío querer acabar
y el azar con su dulce mano me fue a tocar.
Mis ojos admiraron espectantes
un cambio de rumbo en mi destino.
Pero como tantas veces más
todo comenzó a fallar.
Apareciste tú y me llenaste la vida,
no te vi llegar pero sí quedarte.
Observé maravillada donde estás,
acogí todo lo que me viniste a dar.
Y como la bella luna que teme su huída
te ví de mí alejarte.
Sin saber como pasó
busqué dentro de mí
para darme cuenta
que algo extraño surgió.
El corazón no se calló
y habló para ti.
Al verte otra vez desapareció la venda
y algo en mí se estremeció.
Mi alma se perdió contigo
para nunca ser encontrada.
El silencio se apoderó de mi boca
a la vez que el corazón hablaba.
Te reíste conmigo
mientras yo intentaba oír tu mirada.
Sentía que no estaba sola
cuando tu alma me escuchaba.
Te desnudé mi alma
y me diste un te quiero
a lo que yo supe responder
dándote más amor.
Mientras mi corazón arda
intentaré vencer tus miedos.
En mí supiste creer
y me llenaste de valor.