EN MÍ ESPACIO

Cuánto tiempo podría pasar embelezada
escuchando tus palabras sin sonido;
luego que te miro
el tiempo se me para, como nada,
aunque advierta que la noche ya se ha ido.
Cuántas noches duermo de tu mano agarrada
y a tu lado el ansia se me aturde;
luego en el vivir
cada sueño es, en esas horas soñadas,
do invento los poemas de costumbre.
Cuán grata me resulta tu presencia
y el vibrar en el gozo de tu calma;
luego que te habito
ya me encuentro sin ti en la ausencia,
donde rompen las olas de mi alma.
Cómo se agolpan los recuerdos en mi mente
aunque el manto del tiempo los emborrone;
luego cual sutil perfume
se atemperan los ardores penitentes,
pues, que estás tú en mi mundo de ilusiones.
Que brío del suspiro en lo imposible de la vida
que trae de tus ojos el aliento esperado;
luego que me miran como hielo,
en la acequia de mi boca se embriaga desolado
el tañer de la nada en horizonte de su suelo.
Cuando el deseo y el ardor ensancha el horizonte
arrincona como paja los minutos de mi karma;
luego que me cubres
con tu espacio cicatrizas las fisuras de mis montes
y recubres de jazmines que oxigenas con tus armas.
¿Donde para ti hacerme latente daga? He buscado
guarniciones de soldadas en el luto del serrallo;
luego que respiro
y que el silencio custodia mis minutos renovados
vuelvo a trovarte con las letras que en ti hallo.