CASI UN ADIÓS - de crepusculo

Nos mentimos.
Hemos dichos adiós
sin convicción.
No había división
en nuestras sogas de mano
los lazos conservaban
la forma del abrazo/
Nos mentimos sin palabras
con mímicas de niños/
Tu sal y yo agua
de un mar contenido,
retornaron las miradas
a su esfera de luz y el rugido de la sangre
resistió toda mentira/
El adiós se fue con el viento separatista
cuando volvimos
a vestir nuestras ávidas pieles
con un único traje blanco
como un campanario de seda
tintineando gemidos
en nuestras pieles
de amante transito/