Una cierta cantidad
de cariño, cada día,
a la pareja, al hogar,
a los hijos, hay que dar
con generosa alegría;
para poder reavivar
el amor y mejorar
la doméstica armonía.
No se debe dar de más,
porque empalagaría;
una cierta cantidad
nada más, en su medida,
para que pueda durar
si es posible, de por vida.
No se nos vaya a acabar
si damos todo en un día.
Una cierta cantidad
de estimación al amigo
le debemos demostrar
(que sepa que "estoy contigo"
en todo tiempo y lugar)
y nuestro generoso abrigo;
no debemos de olvidar
que él ha sido fiel testigo
de nuestro azaroso andar
por esos campos de trigo.
Una cierta cantidad
de comprensión al hermano,
porque cada ser humano
merece nuestra bondad.
Una cierta cantidad
de paciencia y tolerancia;
no demasiada, es verdad,
pero tampoco arrogancia,
pues debemos recordar
que es temporal nuestra estancia
en este mundo terrenal.
Una cierta cantidad
de nuestra sabiduría,
para poder navegar
por este mar que es la vida;
una cierta cantidad
de saludable humildad
se precisa, cada día,
y una dosis de piedad
para quien nos desafía.
Una cierta cantidad
de consuelo al oprimido
y una cierta cantidad
de nuestro tiempo (medido)
para poder apoyar
al pobre y al desvalido,
con amor y con lealtad.
En la vida debes dar
con certera asiduidad,
una cierta cantidad
a cada quien, de ti mismo;
pues venimos a entregar
a los demás optimismo
y nuestro amor fraternal,
en su momento y lugar,
sin mezquindad ni egoísmo.-