CANCIONES FINGIDAS

Dos canciones dedicadas
A trino de anclas tocando su pecho
Ayer el tumulto del silencio pleno
Una mezcla de sonrisa y sollozo
Sumergió la esperanza en su tierna voz.
Marcó la arena salpicando mi pecho
De estrellas despiadadas y fanales delirios,
Dos tristes canciones tarareadas
Entremezclados de antiguos momentos,
Varias palabras foráneas
Llegadas desde lejos,
Puntos suspensivos mordidos entre labios
Sandalias rotas con huellas opuestas
Medios pasos vacilantes
Lenguas turbias invertidas
Al igual corrientes saladas
Rodeando la isla submarina de su cuerpo
Esbelta sombra marchó opuesto a mi alma.
La punta de la hiriente daga de su ausencia
Estocaba mi pujante coraje
Teñido de su decisión
Arrancarle un resplandor pretendí ante su ocaso...
¡Para que vuelva a mí!
Que tan horrenda muerte súbita
Arengó el destino
Y no procuró cuenta del color de mis canciones
Del raudal de minutos intensos e incomparables,
Del tocar su piel tornasol
Con mi vehemente afecto,
Que rostro podría inflamar tal ternura
Dar espalda al frió cruel de mis angustias
Seguirte sin poder acorralar un milímetro tus ojos
Columna incólume hundida de doblez.
Desmembré mi lengua de raíz para no clamarte
Hurté mi sangre
Uno a uno derretí mis incisos
Trague el Sol antes que existiese universo
Vomité lava regando mis entrañas
La explosión estelar
Alcanzó el suelo de su vientre
La anciana nunca reconoció mi voz
La arena a sus pies marcó su recuerdo,
Al fin moriremos juntos
Fingiremos ser felices para siempre.