¿NOCHEBUENA...?

¿"NOCHEBUENA...?"
Te escribo desde el silencio
que tu ausencia me provoca.
Te escribo, amor, pues me toca
vivir de tu lejanía.
Te recuerdo día a día
y mi alma se vuelve loca
cuando, a mi pesar, evoca
ecos de melancolía.
Te escribo, pues la distancia
me impide verte y oírte
y está mi estancia tan triste
que llora conmigo a veces
y pienso que te mereces
lo que quisera decirte,
aunque sé que al escribirte
no sé si me perteneces...
¡Cómo se escapan los meses
viviendo de fantasía!
¡Cómo, al mirar mi osadía,
la angustia me aborda plena!;
pero en esta Nochebuena
con cantos y algarabía,
quiero, dulce amada mía,
comunicarte mi pena.
¡Cómo quisiera que el viento
se llevara mis querellas!
¡Cómo, al mirar las estrellas,
las lágrimas se me brotan!
¡Cómo en mi pecho se agotan
como veloces centellas,
gritos de amor que hasta a mi alma
la desgarran y alborotan!
¡Ah, tierno amor! ¡Bello acento
de mi triste sinfonía,
copa de fuego y sangría
derramada por tu ausencia!
Tumba en la que sin clemencia
se revuelve el alma mía
y que con tenaz porfía
clama y busca tu presencia.
Mi corazón no se fía
de promesas y esperanzas.
¿Cómo llamar Nochebuena
a ésta que da tales cuitas?
¿Cómo ver que se desvía
lo que añoras y no alcanzas
y nivelas tus balanzas
deshojando margaritas...?
Esto no es, cariño mío,
juego de infancias pasadas,
juego de azar o amorío
sujeto a la indiferencia.
No es una perfecta ciencia
ni tampoco un cuento de hadas.
Nuestro amor es lo más bello
que anida en nuestra conciencia.
Nuestro amor, con la experiencia
que el tiempo va prodigando,
hace de esta Nochebuena
plena de melancolía,
en la que te escribo triste
tus caricias añorando,
un amor de contrabando
que emprende su romería.
¡Ah, mi dulce amada mía!
No puede ser Nochebuena
ésta en la que está la pena
aprisionándome el alma.
Y a un alma que a la distancia
debe tragarse su pena,
no puede y es su condena
fingir o inventar la calma.
Que nazca el niño en Belén
y el pesebre lo cobije.
Que vengan los Reyes Magos
desde el Oriente lejano;
pero mi dolor es hondo
y mi amargura lo exige,
amor, porque estoy herido
de ausencia, dame la mano.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos Reservados)