se agasajan nuestros cuerpos

dentro de una vieja cabaña se agasajan nuestros cuerpos

bajo la débil luz sepia de una acabada vela que matiza en su rostro una penumbra de lujuria

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Se va cayendo La catarata de su cabello, desembocando en las sabanas blancas donde inhalo toda tu esencia femenina que acelera mi aliento

cambiando mi ritmo, a uno menos lento

Después de tantos años, después de tanto tiempo

te quite la ropa para verte por completo

desnuda en la cama esperas el momento, que te toque donde todos han fallado en el intento.

Cabalgan mis besos por los prados de su cuello, siguiendo el camino que me lleva a sus besos

llega el momento de profanar su cuerpo, cuando ella suspira donde mas cerca la siento

Se pierde la calma, se desdiente la cama, mientras con fuerza se aferra a mi espalda

me encierran las piernas, de la mujer que me ama,

Me vuelvo el esclavo que se revela a su ama

pues siento que hoy, yo soy el que manda

haciendo que sus gemidos vuelvan su orgullo nada

no se queda quieta, esta muy excitada

hago que su conciencia se quede abandonada, excitando su cuerpo, hasta la madrugada

¡así la cama quede destrozada y en el piso la vela muera apagada!

saciaremos las ansias que llevábamos guardadas, en esta cabaña que se haya olvidada

Bajo la luna durmiente, con nubes como almohada.