En otro poema 1ª

Como siempre nos encontramos al anochecer
cuando las luces blanquean la noche,
es la hora bruja en la que vuelve a nacer
ese gran flujo de pasión y derroche,
es nuestra hora mágica de deseo y placer
que culminará al amanecer con desahogado broche.
Cuando desnudas tu cuerpo y avanzas,
cuando me besas y te entregas,
cuando con tu aroma todo mi cuerpo abrazas
siento que a mí, toda entera me llegas,
es como bailar al ritmo de ancestrales danzas
que hipnotizan y nos doblegan.
Hacer el amor contigo es vivir más vida
donde hasta los gestos son nueva renovación,
al llegar al clímax roza la partida
al viaje de la extrema disolución
nuestra piel en manantial queda convertida
y nuestro interior fluye para calmar nuestra pasión.
No quiero perder esas noches ni esas alboradas,
donde poder llegar a la saciedad y extenuación
porque soy feliz cuando nuestras fuerzas quedan derrotadas
y en un abrazo nos permite recibir la sensación
de haber sido por un momento dos almas enamoradas
que entregan sus cuerpos hasta las sabia relajación.