No es del azar la invocación al grito
de la tierra que se agrieta y convulsiona
sino es el hombre con sus materiales ritos,
que orada, ofende y al gran hogar, lesiona.
Que extienda el buen Dios su piadoso manto
sobre la gran Nación que hoy esta sufriendo,
que pronto mostrará su valor sobre el espanto,
recuperando lo que en minutos, fue perdiendo. América y el mundo están hoy a tu lado
como en Haití, hoy Chile percibe el solidario
clamor de quienes tienen la vida por lo amado
Sobre tantas lágrimas, dolores y reproches
surgirán buenaventuras sobre los sudarios
resurgiendo la luz sobre esta fugaz noche