Viernes Santo. ¡Cuánto Duelo!
Jesús muere. Con su Muerte,
Quedó sin vida la Vida,
Quedó el Camino sin Norte.
La Verdad se hizo Mentira,
El Día se volvió Noche.
A perdición sabor tuvo
Dejarlo todo y seguirle.
¡Nunca fue el Mundo más Mundo
Ni la Tristeza más triste!
Dios Padre, ya no era El Padre
Que por Amor nos creara:
Abandonando a Su Hijo,
A todos abandonaba
En la Soledad más grande
Y en la Pena más amarga.
¿Para qué seguir viviendo
Si ya murió la Esperanza?
Y si murió la Esperanza,
Nadie más triste y más sólo
Que el que creyó en Sus Palabras.
Pero Jesús no mintió.
Sus Palabras se cumplieron.
Llegó el Domingo de Pascua
Y con su Resurrección
Nacimos todos de nuevo.
Volvió la Vida a la vida.
Se abrió la Verdad Camino.
La Luz alumbró a las Sombras.
Quedó al descubierto el Norte
Y al sentirse redimido,
Volvió la Esperanza al Hombre.
Dejó de vagar, perdido
Y llenó al Mundo de Amores.
Nunca fue el Cielo tan Cielo
Como lo fue aquel Domingo
En el que de entre los Muertos
Resucitó Jesucristo,
Probándonos que era Dios
Y que vino a redimirnos.
Y redimidos quedamos
Cuando a Los Cielos subió,
Tras pagar nuestros pecados
Y hacernos Hijos de Dios
Y por Hijos, sus Hermanos.