Medita siempre

Medita siempre antes de hacerlo, piensa un segundo a tus adentros, ¿Sera correcto, lo que yo pienso?, serán mis años los suficientes, para juzgar a quien me ha parido, podre igualarme a la mano amiga, que me abrigo cuando tuve frió, me alimento sin pedirme nada, me consoló, mientras yo, lloraba... Lloro mi vida en noches eternas, sube que sube la fiebre intensa, con cortos años aun no podía, soltar su mano, mi mano amiga, hice de noches, días eternos, yo les decía, leanme un cuento, mientras mi fiebre se iba muy lejos, vi dulces sueños en su regazo... Regazo tierno que protegía, mis aventuras de niño inquieto, juega que juega, siempre caía, eran sus manos que socorría, alguna herida en mis rodillas, sana que sana, potito de rana, aquel dolor que era tan intenso, la mano amiga lo consolaba... Reconfortaron mi corazón, palabras sabias desde sus bocas, fue aquel amor, que rompió en silencio, la ilusión de sentirse amado, solo y herido me había quedado, fueron consejos muy bien fundados, que un nuevo amor llegaría pronto, y mi dolor seria olvidado... No se olvido aquella mano amiga, no me dejo, solo por la vida, trazo el camino que convenía, el cual daría un feliz futuro, hicieron claro, un momento oscuro, acogedores momentos duros, fui descifrando grandes problemas, siempre pensando en mi inteligencia, casi olvidando la mano amiga... Quise increpar, a quien me dio vida, sin meditar si estaría vivo, todo le debo a la mano amiga, sin sus consejos, ¿Donde estaría?...