Mi ciber hombre

Mi ciber hombre

En la palma de tu mano crece,

crece tu virilidad cual madreselva

en primavera. ¡Oh corsario!

Eres el hombre que

en las sombras de la noche

posee mi cuerpo

Y el que circunda mi pubis

cual serpiente sigilosa.

Eres quién conquistó

mi corazón, cuerpo y alma

Con versos deshojados

de su cordillera imaginaria.

¡Eres tú, mi ciber hombre!

El que invade mi lecho

con sus caricias furtivas

Y el que empapa mis sabanas

con su cálido efluvio

de simiente sublime.

Eres el hombre que diluye

su virilidad total

en mi entrepierna que se contrae

en espasmos de éxtasis

al contacto de mi carne sedienta

de tu sexo intangible.

Mi ciber hombre

¡oh mi hombre invisible!

Mi hombre etéreo

¡oh mi hombre impalpable!

Al que jamás he podido tocar,

y sin embargo,

me hace experimentar

orgasmos exquisitos

cual suculento manjar.

¡Así eres, así te conocí!

Eres el corsario

que sutilmente se robó

mi corazón aquel día,

aquel día que rozaste

con tu lengua digital

mi pubis

que ahora solo estremece de placer

al contacto de tus manos.

¡Eres mi ciber hombre!

El que por las noches clama mi nombre

en susurros ahogados

Y eres quien navega

por mi vientre imaginario

cuando la pasión domina tu sexo

sediento de mí.

Palabras del alma

Martha Humphrey

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