Que bonita estabas tú
cuánto amor, cuánta belleza,
cuánto fulgor y fiereza
cuánta terneza y virtud
de tu corazón salía.
Cuánto amor al alma mía,
diste con delicadeza,
sin espera.
para dar
amor mío el tierno amar
de esa tu encendida hoguera,
frente a frente.
Era tu fuego
un torrente,
bálsamo de mi sosiego
que me hace por ti vibrar,
en tus brazos,
con tus besos tus abrazos
do mi alma veo delirar.
Pues te quiero
fulgorosa
y te venero
perdiendome en el brasero
de tu ardor mi flor preciosa.
Do embalsa ese sentir
que me embruja
y dibuja
del vivir,
tu alma cuándo me empuja,
con belleza a tus amores
en ese tu gran jardín
de amor, y bellos primores,
donde las más bellas flores
dan su fragancia sin fin
y tu perfume a jazmin
me embriaga mi bella rosa.
El poeta
desconocido.
15-7-011