La noche,
la noche es mi inquietud,
preocupación latente de mis ansias.
Paso el día,
como rutina sin final
esperando con desesperante lentitud,
que llegue la noche
para verte a ti.
Las horas vienen y van,
como suave pasa el viento
para luego exasperame
en la oscuridad.
Amor, de noches cortas,
amor de larga espera
para morir en el instantáneo momento
de un solo suspirar.
Entonces, quedo
en la agonía de otra espera.
El día me castiga
y la noche cura mis heridas
en cada abrazo, en cada beso
de sublimes pasiones,
latir constante del corazón
contra tu pecho,
vibro de emociones en cada noche
para morir en otra espera;
pero para renacer en otra noche,
otra noche más.