Encontré tu mirada por accidente,
el porte de tu persona,
tu faz sonriente,
la silueta de tu cuerpo
y tu abundante cabello
Tu voz de terciopelo
derrumbó la muralla
que cubrió mi corazón
por tanto tiempo.
Esas manos, con tal fuerza
despojaron la inocencia
que guardaba en mi conciencia
para tí, en tan sólo un instante.
Ensalzaste nuestras vidas,
conjugaste en un minuto
las caricias, las sonrisas...
las miradas.
Y te quedaste aquí adentro
del corazón y del cuerpo,
y no se si respirarte,
o retirarme de ti.
Pues amarte es mi destino
y olvidarte ya no puedo,
y confirmo mi deseo
de quedarme junto a tí.