Piel de cordero

Entraste a mi casa vistiendo
piel de cordero y yo te dí mi
confianza, para descubrir
después la loba que llevas
dentro.
Me desaogaba contigo como lo
hacen las amigas y tú fingías
que mis problemas comprendías.
Pero debo admitir que no fué
tuya toda la culpa, me confié
demasiado a quien no debía.
No me dí cuenta lo hábil y
manipuladora que eras, sacabas
de mí información, dejándome
escuchar lo que yo quisiera.
Venías y le arrogabas más leña
al fuego, haciendo que el panorama
lo viese más negro, y así ibas
y venías de un lado para otro
convirtiendo tus intrigas en tu
mayor tesoro.
Pero hasta hoy no logro entender
tu ganancia en este juego porque
como reza el dicho,-no se puede
tapar el sol con un dedo.-
La verdad siempre sale a la luz
y dá la libertad que nunca tendrás
tú, porque presa serás de tus mentiras
y siempre te verán como una seudoamiga.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho-
mrc-27-07-09