Como las olas del mar

Sí, lo sé, es cierto, he aprendido a ser alguien nuevo,

alguien que sin querer pude de distintas formas decir al papel

lo que piensa, lo que quiero, lo que sueña, lo que veo

Es una mezcla explosiva que nos hiere si la desoímos

o un paso inconcebible si lo tomamos sin medir

todo ello, entendido, es señal de que vale la pena luchar

Luchar contra la gente, la corriente, las aguas malas

estabilizar sus ideas en aguas mansas, en aguas claras

y definir su futuro junto con ese ser que uno ama

De nuevo reconozco que en mí la soledad no vive

No posee futuro ni cabida, es quizás un instante fugaz

con unos más que otros días, pero que termina y se va

Cuando logro traer a mi mente tus gratos recuerdos

los que he vivido, me has dejado vivir, he soñado con o por ti

ya ves, creo que sin darme cuenta me vuelvo a equivocar

Hablo de tuyos y miento, sé que lo hago de los míos

De esos que me hicieron reír, que me permitieron sentir

que fueron cambios, giros al timón en dirección correcta

Me hablo y me cercioro de lo que creo que digo, es lo que pienso

No sólo eso, es lo que supongo, un hombre debe saber, comprender

Entender y detallar sus circunstancias. Será esto, quizás fue aquello

Uno si ama, debe llegar a un punto en el que no existan dudas

en el que se fundan los deseos con la realidad y entonces

Entonces agote con instantes penosos, momentos álgidos

distancias inalcanzables, lenguajes incomprensibles

Gestos mal entendidos, o simples conjeturas que a veces erradas

Suelen ser las protagonistas equivocadas de nuestra verdad

Samuel Akinin Levy