Cuando más tranquila estaba
sentadita en mi sillón
oigo acercarse unos pasos
que me producen pavor.
Intento no hacer ruido
y no captar su atención,
con un poquito de suerte
me libro de un buen marrón.
Sé muy bien de quién se trata,
y también sé lo que quiere:
-Tengo que hacer un montón,
¿me ayudas con los deberes?.
Tengo una baza escondida
y la voy a utilizar:
-Estoy algo constipada,
vé y que te ayude papá.
¡Qué faena! ¡Qué faena!
ha salido a comprar pan.
Valor y resignación,
empecemos la función.
Me están sudando las manos
y no me siento los pies,
es lo que me pasa siempre
que empezamos con francés.
Que si"je t´aime",
que si "la voiture",
que si "la maisón",
vaya un lío padre´
aquí no se entera
ni Napoleón.
Llegamos a mates,
las que a mí me matan;
con tanta ecuación,
raíces cuadradas,
con tantos problemas
y la división
yo ya no me entero:
¿quién tiene un cordero?,
¿quién cambia canicas?;
Juan compra unas flores
partidas por dos,
las eleva al cubo
y me llevo dos.
Ahora toca lengua,
a ésta la domino:
"busca el complemento
del determinante
que acompaña al nombre
que cambia al pronombre,
los nominativos."
¡Qué desolación!
¿Quién fue el graciosillo
que cambió los nombres
a mala intención?.
Me estoy mareando,
creo que llegaré
a las traducciones
del dichoso inglés.
Me muero,me muero,
estoy delirando;
estoy viendo "apples"
de distintos "colours"
del techo colgando.
Después de seis horas de duro trabajo
voy a la cocina y me pongo al tajo,
hay que hacer la cena,me falta el aliento,
tengo mis ojitos como dos pimientos;
lo peor de todo está por llegar,
ayer comenzamos el año escolar.