¡Como te quiero esposa mía…!
lejos de ti, en tierra extraña,
y cerca de la muerte cada día.
Desde el alba hasta el ocaso
con las armas en la mano,
esperando la victoria
o la pálida muerte fría.
Llega la oscura noche,
todo se apaga en mi entorno,
tan solo te veo a ti, cielo mío
pero no se si veré
un nuevo y esperado amanecer.
Quiero que sepas
lo mucho que me acuerdo de ti
y de nuestros hijos,
lo mucho que te quiero.
Si algo fatal me pasara,
piensa que cumplí mi promesa
en el altar, y ante Dios
de amarte hasta que la muerte nos separe.
Deseo que mi cuerpo incinerado
sea esparcido en el mar,
a los cuatro vientos.
Que el aire del cielo sea un suspiro
y un beso mío en tus labios.
El agua del mar, mis lágrimas saladas
que lloraron por ti en mis recuerdos
sean llevadas por las corrientes marinas
por un soldado que luchó por la paz.
Un soldado mal herido
le dio esta carta a un compañero
para entregarla a su esposa,
y decirle que su último pensamiento
fue ella y sus hijos.
El soldado con lágrimas en los ojos
a esa hermosa mujer la carta le entregó,
una medalla y una bandera
que a su cuerpo cubrió.
El Toledano Isleño 1650171106