¡Que bonita ayer te vi
sonriente en el paseo,
de cierto que algo sentí
muy dulce dentro de mi,
que veia crecer el deseo
de acercarme y detenerte
y decirte; no se que,
solo se que me paré,
y cuando al cerca tenerte
por el rubor, me callé.
Pero al mirarme tan dulce
algo sucedio en mi alma,
un cosquilleo que produce,
un no se qué, que le induce,
a mi ser la dulce calma;
por el amor que yo siento
y que me cuesta decir,
por este mi sentimiento,
ya que tu en mi pensamieto
te siento mi amor vivir.
Sabes ya que te venero
y eres para mi la estrella,
que brilla en mi amor primero,
que placer ser el lucero,
que te desea, mi flor bella.
El poeta
desconocido.
8-7-011