Moriré un agosto

Moriré un agosto como marca el calendario
entre brazos tibios que decoren mi partida,
y un beso que agrade mi despedida
cuando el sol se caiga lejos de mis horarios.
Moriré un agosto con sentimientos acompañado
con una rosa furtiva como última fragancia,
y en el lecho altivo de mis últimas instancias
acariciaré tu rostro con mis ojos enamorados.
Moriré un agosto porque amo los otoños
las hojas secas que me devoran la vida,
el palpitar constante de un cielo en tu mejilla
que roza mi norte y acaricia mis retoños.
Moriré un agosto porque ansío ver el viento
aullar en la mas bella y simple cercanía,
sin lágrimas que empañen la calidad del día
contando para ello con tu piel y tu silencio