Quizá sea sólo escribiendo
como logre incrementar
la habilidad de mi mano,
hasta poderla controlar
con suficiente soltura,
firmeza y seguridad.
Quizá sólo sea insistiendo
con inquebrantable ahínco
en el transcurso de unos meses,
como supere reveces
de esta torpeza presente,
pero soy tan impaciente
que no quisiera esperar.
Quizá aún muy lentamente,
de una forma imperceptible,
pero cada día que pasa,
la práctica fortalece
mi torpe caligrafía;
practicando, día con día,
mi letra mejora y crece.-
Eduardo Ritter Bonilla.
PERIPECIAS DE UN ZURDO
TRATANDO DE ESCRIBIR
CON LA MANO DERECHA.