Cómplice

Me desconozco, no sé quién soy,
entre mis manos sangrantes
sostengo tu mentira como una daga
sin ser capaz de soltarla.
Eres aguijón cruel que me envenena
que corroe mi alma y la llena de pena.
Eres la droga que me ata con sus cadenas,
me miento yo misma y soy feliz siendo presa.
Y paso un día más fingiendo tranquilidad,
olvidándome de mí, creyendo en tu falsedad.
Avanzando con los ojos cerrados
hacia lo profundo del pantano.
Y veo claro lo que está pasando,
puedo leer el origen de tu engaño
y aunque puedo luchar para dejarte atrás
callo mi boca y me dejo llevar.