Manos cementosas mis dedo engarrotados,
Duro trabajo en la contrición,
Obra por obra cada día, que dura es la vida del pobre,
Más sigo tocando el violín.
Melodía que nadie escucha.
Solo la escucho yo en mis argo pensamiento,
Escucho el ruido de la ruleta,
Donde juegan al ganar.
Más todo podemos perder.
Una y otra ves las notas,
Llenan el espacio de un hogar.
Nadie me escucha solamente la escucho.
Son notas del pasado.
Que son notas el amor que me jugué.
Me levanto voy a la barra,
Nada tengo que decir,
El señor cantinero frente a mi una botella,
De un licor ardiente, tomo sin cesar,
Ya ebrio dé licor y cigarro,
Regreso a mi violín,
Dedos cementazos, gesto de dolor
De un constructor que no sabe de verso
Si de dolor, de que un día regrese su amor.
Copyright © 2009 Ramiro Álvarez C