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Categoría: Dedicatorias

Nos haremos peces

Dedicado a la memoria y a la vida de Marcos Benitez, un amigo entrañable que partió a su morada definitiva hace ya 7 años. Tu luz aún brille en la noche, hermano.
-
Tu vida vale la pena
Tu muerte cuesta la gloria,
Te nombro con la memoria
Pero no memoria ajena.
Cuando la tumba destierras
No hay muerto sin revivir,
Por eso es que has de venir
En las venas de la tierra.
Cuando la tierra sucumba
Tenebrosa en su misterio
Vendrás desde un cementerio
Entre la voz de tu tumba.
Has de venir con coraje
Sin la muerte que te espanta.
Es tanta la vida, es tanta
Que no hay muerte que te ultraje.
Has de venir con paciencia
En el son de un estribillo.
Vendrás cargado de brillos
Esos que opacan ausencia.
Vendrás a esparcir semillas
Entre los surcos abiertos:
Ya no más árboles muertos
Sólo plantas maravillas.
Vendrás a motivar sueños
Al borde de la cornisa,
Auque se caigan sin prisa
Por el lado más pequeño.
Nos hablarás de los cielos,
Nos quitarás todo el mito,
Nos dirás que el infinito
Se parece al desconsuelo.
De que Dios ya no trabaja,
Nos contarás de las nubes
Porque todo aquello sube
Tarde o temprano, al fin baja.
Tu vida vale la pena,
Tu muerte cuesta la gloria,
Cómo no contar tu historia
Si no hay historia más buena.
Te arrimarás al hogar
Piando esas, nuestras nostalgias,
Encendiendo aquella magia
Que solía desvelar.
Sobrecargando tu cruz
El dolor ya no te asombra.
Hoy ya no existen las sombras
Porque trajiste la luz.
Vos trajiste el sentimiento,
El valor y la esperanza
No nos sobra, pero alcanza
Para ir en contra del viento.
También trajiste el naciente:
El sol más anaranjado.
Lo que murió en el pasado
Renace en este presente.
También trajiste el poniente:
El ocaso de los duros.
Lo que callé en el futuro
Hoy lo canto en el presente.
Vienes con esos inviernos
A instalarte en nuestras vidas,
Todas las horas perdidas
Se nos hacen tiempo eterno.
Vienes con todos los nombres
Que olvidaron esos seres.
Recordando las mujeres
Que olvidaron esos hombres.
Desgracia es ya no tenerte,
Dicha es poder recordarte.
La vida como estandarte,
El olvido como muerte.
Broncas que fluyen inquietas,
El recuerdo sin resabio.
Mucho más viejos y sabios
Nos volvemos sin recetas.
Tu vida vale la pena,
Tu muerte cuesta la gloria.
Hoy nuestra mayor victoria
Más que almafuerte, alma buena.
Cruzo el puente de las dudas,
La verdad y los abismos.
Sólo dentro de uno mismo
Uno encuentra lo que ayuda.
Caigo al pozo de la tarde,
Los sueños y las mentiras,
Solamente ahí respiran
Los pulmones más cobardes.
Nos hemos de ver un día
Aunque ya sea de noche,
Ya no habrá ningún reproche
Pero cuantas alegrías.
Nos hemos de ver seguro
Y ya no habrá más tristezas,
Levantaremos certezas
De poder derribar muros.
Tú ya no tendrás la muerte,
Yo ya no tendré la vida,
Sin amores, sin heridas,
Sin nada… ¡pero que suerte!
¡Que suerte volverte a ver
Como los sobrevivientes
Que han cruzado tantos puentes
Que se estaban por caer!
Tal vez no quede ni el fuego
Ni los satanes ni dioses,
Pero escucharemos voces
Que nos llamaran al juego.
Así jugando a ser niños
Volveremos a ser grandes.
La inocencia que se expande
Nos proyecta más cariño.
Tu vida vale la pena
Tu muerte cuesta la gloria,
Si ahora grito de euforia
El grito es enhorabuena.
¡Que importaran las victorias!
Si habremos ganado todo.
Lucharemos codo a codo
Por mantener nuestra historia.
¡Que importaran los fracasos!
Si todo vendrá de adentro.
Aquel día del encuentro
Se fundirá en un abrazo.
Fundidos en la razón
Callados en la mirada.
Ya no habrá que decir nada
Todo dirá el corazón.
Dirá los silencios suaves,
Dirá las nostalgias leves,
Dirá las historias breves,
Dirá los recuerdos graves.
Los asesinos atroces
Morirán en sus guaridas.
Es mejor las bienvenidas
Para los malos adioses.
Los verdugos aturdidos
Morirán como las ratas
Esas que viven y matan
En su sitio más podrido.
Tal vez alguien no se acuerde
De tu vida que batalla.
Pero silencio que calla
Es un silencio que muerde.
Tal vez alguien ya se olvide
De tu muerte que pelea.
Pero habrá que hacerse idea
Que tu recuerdo se mide.
Tu vida vale la gloria,
Tu muerte cuesta la pena.
¿Cómo sangrar por las venas
Esta sangre provisoria?
Tal vez yo nos quede poco
Pero la tristeza es mucha
Por eso damos la lucha
Con estas armas de locos.
Quizás ya perdimos mucho
Por eso es que aún peleamos,
Vida con vida, así vamos
Derrotando sueños truchos.
Apuntamos a la vida,
Disparamos a la muerte.
Es sólo un viaje ¡que suerte!
Pero sólo un viaje de ida.
Aprovechamos la risa,
Nos reímos del provecho
Porque tenemos derechos
A remover las cenizas.
Tener todo entre las manos
De golpe puede caer.
A golpes hay que aprender
Que es dura la vida, hermano.
Aprender de los errores
Y también de los aciertos,
Para volvernos expertos
En placeres y dolores.
Estos versos sólo quieren
Reflejarte con justicia,
Porque hay muerte que acarician
Así como vidas que hieren.
Estos versos sólo pueden
Alejarme del dolor.
No será alivio mayor
Pero quiero que se queden.
Tu vida vale la vida,
Tu muerte cuesta la muerte,
Vale cueste lo que cueste,
Cuesta digan lo que digan.
Aunque la muerte me ronde,
Me siga o ya me acompañe
No habrá más fríos que empañen
La vida que no se esconde.
Aunque la vida me deje,
Me muerda o ya no me mire
No habrá lazos que me tiren
Para esa muerte sin eje.
Voy a salir con banderas
No a publicitar tu muerte,
Si no para gritar fuerte
Que viviste a tu manera.
A tu manera moriste
Aunque nada justifica.
Tu partida intensifica
La vida que bien viviste.
Y aunque te tuviste que ir
Un poco antes de tu turno,
Fuimos los seres nocturnos
Que morían por vivir.
Nos tuviste que dejar
Con el adiós en la boca.
Somos las criaturas locas
Viviendo para matar.
Vivir por siempre en la luna
Menguante, creciente o llena.
Aunque fueron muchas penas
No nos faltó la fortuna.
Vivir siempre bajo el sol
Ardiente o ya sin frescura.
Aunque fue tanta cordura
Nunca faltó el descontrol.
Mucho menos el castigo
Y sin sentir vergüenza.
Por que nuestra recompensa
No fue más que ser amigos.
Amigos tanto en las buenas
Como también en las malas.
Supimos desplegar alas
En la movediza arena.
Ya ha empezado a llover
Y eso es una gran señal,
No llueve porque hace mal
Porque llora es que hace bien.
Ya ha empezado a caer
Esta lluvia que es bendita,
Son lágrimas infinitas
Que el dolor puede correr.
Y los llantos y las gotas
Mojan por fuera y por dentro
Anunciándo aquel encuentro
De aquellas dos almas rotas.
Y las lluvias y los llantos
Lavan por dentro y por fuera,
Hoy el agua a su manera
Se va sumando a mi canto.
Al canto sumo mi voz
Para decírte otra vez
Que si quedara un después
Ese después serás vos.
Para decirte que el barco
No naufraga ni se inunda
Y por mas que se nos hunda
Nos haremos peces, Marcos
Datos del Poema
  • Código: 317631
  • Fecha: 01 de Febrero de 2009
  • Categoría: Dedicatorias
  • Media: 6.89
  • Votos: 85
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,593
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: oigres
País: ArgentinaSexo: Masculino
Fecha de alta: 19 de Diciembre de 2008
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