La biblioteca,
en el antiguo casal
la luz que entra
por la ventana
de piedra esculpida.
Todo lo llena de misterio,
dentro la dulce quietud,
y los ángeles barrocos tallados
de madera lo velan,
Angeles voladores solo en apariencía,
estan aferrados a la pared de la Biblioteca.
En esta apartado silencioso
yo me encuentro bien,
como religioso en el cenobio,
aquí se me apaga el tiempo.
Es una paz , la paz de la Biblioteca,
que me abstrae del mundo exterior,
me abstrae del tiempo para situarme en el futuro,
en el tiempo indefinido.
Vivo una visìón desvanecida de mis desaparecidos,
Me deja la Biblioteca el espirítu,
en las páginas manuscritas ,
donde nos quedan
fijadas las anécdotas de desaparecidos.
De vidas inquietas, calmadas,
desquiciadas o sentimentales,
el momento vivído del alma del poeta,
de nuestros antepasados que lo escribieron.
Páginas vivídas con anotaciones,
que nos dicen, de todo lo que escribieron,
líneas tan llenas de ternura,
que siempre cuando voy a la Biblioteca,
siento una gran melancolía.
.CARMINA.
.9/9/2007.