Andariego… ¿cuándo llegarás a destino?
Alguien eligió el camino que estás andando,
¿quién remendara tu sueño roto, peregrino?
Si no fuera o fuese, ¿que podrías estar haciendo?
Lo bueno que te embriagas muy seguido,
a pesar de la pobreza te embriagas de alegría,
Sin penas ni temores, todo a su tiempo has conseguido
sin apuro, por llegar a destino jamás te porfías.
Más que nadie te sientes cerca de la gloria,
tomas esta forma de vida y lo haces tan bien,
jamás te embarcas en fantasía ilusoria.
Obviamente como todo lloras a veces también.
Tus lágrimas son tan pura, como la de un niño,
pero nunca lloras lo que no puedes conseguir,
tal vez lo haces, como ofrenda a tu dueño,
tu inocente corazón sabe a quién seguir.
Siempre agradeces al señor de los sueño,
por llenarte con renovada ilusión cada mañana,
que desde la infancia te sentís colmado de cariño,
y te ayuda escalar hasta escarpadas montañas.
Sabes que no es el señor de los sueño, es Dios,
El Hacedor, gracia Él no eres un simple mendigo.
Que seas lo que eres, el Ser Supremo decidió,
caminan de las manos, Él es tu mejor amigo.
Autor Alcibíades Noceda Medina