TU CUERPO, TU TEMPLO, TU GEOGRAFIA
William Mendoza (MuZàICÊ)
Tus facciones cual escultura de mármol
Tus ojos de miles de tonalidades, se confunden de repente
Tus pupilas que iluminan la estancia, como un árbol
Tus cejas me permiten admirarte insinuante
Tus pestañas protegen la entrada de tu templo
Tus mejillas sonrosadas por mis palabras complejas
Tu barbilla es cancerbero que con cuidado contemplo
Tus labios carnosos y dulces sosiegan allí mis quejas
Tu cuello es la columna que sostiene las ideas
Tus hombros al descubierto son envidia de mortales
Tus brazos tersos y firmes les soportan como hadas
Tus manos me complementan, me incitan, son leales
Tus senos son alimento de mis anhelos profundos
Tu cintura mientras tanto se contonea al andar
Tus caderas me perturban, me parten la vida en dos
Tu sexo reposa oculto, me deleita en él pensar
Tus piernas voluptuosas te permiten ya buscarme
Tus rodillas no se doblan, te sujetan con ardor
Tus tobillos, hacen que mi ser autorice suplicarte
Tus pies me llevan al cielo, yo les beso con candor